lunes, 17 de junio de 2013

2: Kate Project - A Better World (1999)

Ascendiendo un puesto más en el podio, ofrecemos a quienes aquí se asoman otro tema con el sello inconfundible del final de la década. Como responsable último de su factura hallamos una vez más al hiperactivo y talentoso Mauro Farina -varias veces citado ya en este blog-, quien se unió a Giuliano Crivellente para formar Kate Project. Su dedicación se centró principalmente en versionar conocidos temas pop, pero también compusieron algunos originales, entre ellos este A Better World. Dejémonos seducir por esos ritmos sincopados con riffs iniciales que parecen de violín, por su exuberancia electrónica y por esa voz sensual que va desgranando sus deseos de que vivamos en un mundo mejor. Ética y estética de nuevo unidas en armoniosa pulcritud de música brillante.


F.J.E.

viernes, 14 de junio de 2013

3: Zayn - Take Me High (1996)

Una figura desconocida se alza en el escalón inferior de nuestro podio: Zayn. ¿Acaso alguien ha oído alguna vez hablar de este proyecto eurodance con un único sencillo, el elegido Take Me High? Y, ¿qué le ha hecho merecedor de tan distinguido puesto? Respondiendo a la primera pregunta, tras Zayn nos encontramos al DJ y productor holandés Ruud van Rijen, creador de Twenty 4 Seven, del cual todos conocemos ese magistral Slave To The Music. Los cuatro ensoñadores minutos de canción responden a la segunda pregunta, un tema que nos eleva alto, muy alto.


R.O.C.

martes, 11 de junio de 2013

4: Kaycee - Millenium Stringz (1999)

Hay temas -la mayoría- que llevan implícito en la sonoridad, en el tipo de arreglos, en el alma que los anima, algo que podríamos denominar la marca o la huella de su época. Hay otros -muy pocos- que además ese algo lo hacen explícito. Es el caso de Millenium Stringz. Lanzado en 1999, en el umbral del nuevo milenio, este tema da el paso hacia el inmediato futuro, y en coherencia aplica un futurismo de alto voltaje electrónico. Kaycee -o su variante Kay Cee-, proyecto alemán que llegó a publicar álbum completo y unos cuantos sencillos, parece arrojar lo mejor de su talento a las llamas que alimentan los sintetizadores: un exvoto musical al dios inmisericorde del tiempo, que todo acaba devorándolo. Pieza colosal como Saturno, como las magnitudes de un milenio, como la dimensión de las incertidumbres ante todo periodo que comienza.


F.J.E.

sábado, 8 de junio de 2013

5: The Free - Lover On The Line (1994)

No sería justo no incluir en este top 10 un tema de eurodance clásico, aquel que dominó la escena dance de la primera mitad de esta mágica década y que se resumía en tramos rapeados de negro con inclinaciones al flow escrotal y volcánicas voces femeninas en el estribillo, todo aderezado con una ágil melodía, continua, alegre y armoniosa. Por supuesto, no podemos seleccionar Ice MCs ni La Bouches; pero hay un grupo eurodance alemán que no alcanzó tanto renombre y merece ser recordado: The Free. Charles Simmons, Felix Gauder y Olaf Bossi compusieron este Lover On The Line, en el que Iris Trevisan interviene con su magnífica voz. No nos engañemos, este tema sigue todos los cánones marcados y no nos ofrece nada nuevo. Ni falta que hace, es eurodance puro, imperecedero. Y, en mi opinión, uno de los mejores.


R.O.C.

lunes, 3 de junio de 2013

6: DJ Taylor & Flow - Was Ist Zeit? (1999)

Acuciante y desquiciante, Was Ist Zeit? es una indagación filosófica con envoltura trance. DJ Taylor & Flow son, respectivamente, los hermanos austriacos Konrad y Florian Schreyvogl. El segundo es quien pone la voz profunda, glacial y monocorde que va desgranando reflexiones acerca de qué es el tiempo -esa es la pregunta del título-, con afirmaciones como: "A cada instante se aproxima el futuro un poco más. Lo que venga mañana será pronto pasado. Todo es fugaz, sólo cuenta el momento. Lo que vivimos ahora no regresará nunca...". Parece una actualización del antiguo memento mori latino: recuerda que eres mortal. Los sonidos enloquecen de perentoriedad con el tictac de los relojes, unos aullidos lejanos, alarmas que saltan y tañidos de campana tras una cuenta atrás que indica... ¿quizá el final de nuestra vida? Surge entonces la pirotecnia electrónica que acaso sean visiones celestiales o infernales, pero que lo mismo puede ser una incitación al disfrute convulso, estando aún vivos, hasta que la muerte nos aniquile. El vídeo es magistral en la ilustración de estos conceptos.

F.J.E.